Una de las grandes sorpresas del año pasado fue la
revelación de Far Cry Primal, no tanto por el carácter relativamente
prematuro del anuncio —Far Cry 4 había debutado apenas a fines de
2014—, sino por el toque prehistórico que Ubisoft Montreal pretendía imprimir
al concepto. Se trataba de una idea fresca en el contexto de tantos juegos de
disparos modernos o futuristas.
Asumes el rol de Takkar, el primero de la tribu Wenja capaz
de domar animales. Lo anterior da una ventaja monumental al cazador cuya gente
fue diezmada por la invasión de 2 grupos antagónicos con una agenda propia: los
udam, cavernícolas del noreste quienes, hartos del frío y de tener que comerse
entre ellos, deciden bajar al valle de Oros para comerse a los demás; y los
izila, un grupo de radicales religiosos con inclinaciones pirómanas y
taparrabos. Así que, básicamente, si no haces algo, tu
pueblo se convertirá en
la cena de unos locos o en la leña de otros.
La fuerza está en los números, así que en Far Cry
Primal la idea es establecer una aldea y volver a consolidar a tu
tribu mediante el reclutamiento de wenjas nómadas, entre quienes están expertos
en diversos oficios y quienes fungirán como guía para la historia; ellos son
proveedores de misiones y raíz de los árboles de habilidades, de los cuales
ahora existen más que en Far Cry 3 y Far Cry 4.
En Far Cry Primal existen 8 árboles de skills, pero antes de
poder empezar a desarrollarlas, es necesario que encuentres a los wenjas
expertos, quienes te las enseñarán mediante misiones especiales. Eres experto
en supervivencia, pero otros te enseñarán recolección, domesticación, pelea,
creación, etcétera. Y a esto me refiero con más amplitud en la progresión. Todo
lo que haces brinda experiencia —como siempre— y cada vez que subes de nivel o
cumples tareas en específico te dan puntos de habilidad para ir desbloqueando
las capacidades de los diversos árboles. La estructura es la misma de antes,
sólo que ahora hay más que hacer y más que aprender, lo cual es un acierto
EL RITMO DE
LOS COMBATES SE MANTIENE INTACTO
En lo concerniente a movilidad y combate, si jugaste Far
Cry 3 o Far Cry 4, de inmediato te sentirás como pez en el
agua porque, a pesar de la inexistencia de armas de fuego, l la respuesta de
los controles se perciben muy similares a los de las entregas anteriores, sólo
que por ahí de la quinta hora te enseñan cómo domar a un depredador y a un
búho, lo cual incrementa el alcance y la estrategia necesarios para la toma de
fuertes, presente en Far Cry casi desde sus comienzos y que
sigue siendo pivote de la dinámica de juego. En primera instancia, el añadido
puede interpretarse como un aderezo; como una función innecesaria que agregaron
para poder decir que había algo "nuevo" en Far Cry Primal,
pero debo conceder crédito a Ubisoft Montreal por hacerte sentir totalmente
indefenso sin ello y es que existen muchos, muchos peligros en esta era si no
llevas un acompañante o, por lo menos, una antorcha.
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